Mendoza.- No me veo haciendo otra cosa, me gustaría llegar a jubilarme de bombera”, resumió Verónica Leguizamón (29) la pasión que siente por su trabajo.
Desde hace ocho años es parte del equipo de bomberos de la Policía de Mendoza, en el departamento de San Rafael, donde se desempeña como chofer, actividad que la llevó a ser la primera chofer mujer bombero de la provincia.
Habla y contagia entusiasmo por lo que hace. Así relató que llegó al cuartel junto a cuatro mujeres más, “era la única del curso 38 de auxiliares de la Policía; las otras eran del curso 33 y una suboficial”. Recibió la instrucción, luego comenzó a salir a los incendios “y me empezó a gustar, hasta sentir en este momento que Bomberos es mi segunda familia”.
De su trabajo destacó sobre todo el compañerismo, y contó que muy pronto el resto del cuartel la incluyó sin reparos.
“Como que los hombres tratan de protegernos, dicen ‘quedate ahí que yo hago lo más duro’, pero yo traté de ponerme a la par y hoy mis compañeros me consideran uno más. Salimos dos a un incendio y el otro va confiado que lleva al lado a un bombero igual que él”, expresó. Es que a Verónica le gusta mucho lo que hace, “aunque reconozco que me costó adaptarme, pero voy contenta a trabajar”.
Si bien Verónica se desempeña como chofer, por la escasez de personal -unos 25 en total- cuenta que deben hacer “todos de todo”, y son pocos para enfrentar un incendio en un departamento de las dimensiones de San Rafael. “A veces la gente está disconforme pero las distancias son grandes y hay que cruzar toda la ciudad. Hay que venir manejando un autobomba que es súper pesado, que ocupa mucho espacio”, afirmó.
Cuando arribó a Bomberos Verónica manejaba autos pero nunca había conducido un camión. “Empecé mirándolos, los sacaba para guardarlos, los volvía a guardar. Y así fui aprendiendo hasta que les agarré la mano”, contó entre risas.
“El primer camión que manejé fue el Pierre Americano -el cuadrado explicó-. Era un sueño ese camión, era imponente, me gustaba mucho aunque tenía sus mañas. Después el Mercedes Benz 365, era mi movilidad asignada. Los choferes nuevos siempre empiezan por lo más fácil, aunque en realidad no era lo más fácil, era complicado. Se rompía, lo arreglábamos con alambre y seguíamos. El viejito nos salvó y nos sigue salvando. Está en Monte Comán ahora. Es un camión muy fiel”, aseveró.
Su familia está conformada por su esposo Hernán y sus tres hijos: Alicia (8), Martina (3) y Alejandro (2). Verónica lleva en la mañana a los dos pequeños al jardín maternal y la mayor se queda con la abuela, ya en horas de la siesta llega Hernán y los pequeños se quedan con él.
Por sus horarios -24 por 48 horas- todos “son un poco bomberos” porque su suegra, su mamá y su cuñada colaboran en cuidar a los pequeños mientras permanece en el trabajo. “Todos saben en la familia que si hay Zonda o tormenta los bomberos nos autoconvocamos, así que enseguida vienen a ayudar con los niños”.
Por lo que le ha tocado vivir, como asistir a gente que las llamas le devoraron todo y se quedó con lo puesto, Verónica tuvo la idea de armar un ropero comunitario en el cuartel. “Lo propuse y el jefe lo autorizó, mis compañeros me apoyaron para hacerlo. Juntamos ropa, colchones, frazadas, para brindar una primera ayuda a quien se le quemó todo en un incendio”, explicó. Y agregó: “Es muy doloroso acercarse a una persona en estas circunstancias con las manos vacías, es muy lindo poder decirle mirá tengo esto, es poco pero te puede ayudar”.
Uno de sus deseos es continuar en esta actividad hasta su retiro. “Tengo compañeros que estuvieron toda la vida en bomberos que ahora se están jubilando y yo quiero eso, algún día quiero jubilarme de bombero.
Es una tarea muy especial, el trato de la gente es diferente, no te ven uniformado, te ayudan incluso en los barrios conflictivos. Por eso hemos buscado la forma de crear un lazo, un vínculo social con la gente a través de diferentes cosas, como para Reyes o Papá Noel que organizamos actividades en los hogarcitos por ejemplo”, concluyó mientras se preparaba para disfrutar de su franco en familia.
Extraido de: www.losandes.com.ar