Una mujer acudió con su hija en brazos al cuartel de Bomberos Voluntarios donde los efectivos practicaron maniobras reanimación que lograron salvarle la vida. La pequeña se ahogó tomando la mamadera. «Llegó morada al cuartel», contó Gabriel Fontanari, integrante del cuerpo baraderense.
Minutos antes de las 22.00 del lunes, una mujer llegó a los gritos hasta el cuartel de Bomberos Voluntarios pidiendo asistencia para su pequeña, que se ahogó «tomando la mamader», y no respiraba. La mujer corrió desde su casa ante el cuadro de su hija, ubicada a 50 metros del cuartel de Bomberos de Baradero.
«Tenía la carita morada, estaba ahogada», contó Gabriel Fontanari, bombero del cuartel y explicó: «Estaba tomando la mamadera según dijo la mamá, que llegó corriendo, golpeó y los chicos bajaron enseguida, incluso un compañero que vive frente al cuartel se cruzó a ayudar»
«Hicieron primero la maniobra de ahogamiento (Heimlich), que fue findamental y luego la de resucitación», destacó Fontanari en diálogo con el periodista Danilo Galeana, de FM Tiempo, y resaltó: «Uno de los chicos que hace el curso, es policía, y automáticamente lo que hizo fue llamar al 107 y después a compañeros de Comisaría, que llegaron muy rápido y de manera simultánea». En ese sentido resaltó que «es fundamental activar el servicio de emergencias llamando al 107, para ganar tiempo; lo primero que hay que hacer, antes de cualquier maniobra de resucitación, es pedir ayuda, o pedir a alguien que lo haga».
«Cuando la beba reaccionó y la trasladaron al Hospital, fueron a la casa a buscar a la melliza de la nena y de ahí al Hospital; la mamá, que vive a media cuadra de cuartel sobre calle Medrano, estaba sola con las bebés cuando pasó todo», reveló Fontanari, y analizó: «Destacable lo de la madre, que lo primero que hizo fue buscar ayuda; fueron muchos los factores que incidieron para que la beba sobreviva. Podemos hablar de que terminó bien, pero hay que rescatar el conocimiento de las maniobras. Hay que intensificar los cursos de RCP, y cómo actuar en casos de ahogamientos».
«En base a esto, de lo que pasó, surgió la necesidad de obtener un desfibrilador», confesó Fontanari y aseguró que «fue fuerte para ellos (Bomberos) lo que les tocó vivir, pero por suerte podemos hablar de una buena noticia».
fuente:
