Buenos Aires.- El intendente de Quilmes Martiniano Molina honró la labor que desempeñaron bomberos voluntarios en el rescate de Mateo Rodríguez, un niño de dos años y medio que tuvo dos paros cardiorespiratorios luego de sufrir un accidente en la pileta de su casa.
Martiniano sostuvo; «hay que reconocer y agradecer la fuerte vocación de servicio, coraje y solidaridad de estas personas para con el prójimo», y además agregó, «los bomberos y guardavidas realizan uno de los oficios más nobles de nuestra sociedad».
El intendente de Quilmes también destacó la importancia de los cursos de reanimación cardiopulmonar (RCP): «gracias a estas prácticas hoy tenemos a Mateo vivo», expresó y culminó diciendo: «son prácticas que deberíamos conocer todos. Ya que hay situaciones límites, donde el rápido accionar de cualquier vecino puede salvar una vida».
En el acto homenaje estuvieron presentes la subsecretaria de Seguridad Ciudadana, Analía Pauluzzi; el subsecretario de Planeamiento de Seguridad Ciudadana, Adrián Cassino; el subsecretario de Emergencias, Protección Civil y Movilidad Urbana, Juan Manuel Mendizábal; el presidente de Bomberos Quilmes, Alejandro Pascual y Hugo Sáenz, padre de Mateo.
El titular del Cuartel de Bomberos de Quilmes, señaló: «es un verdadero orgullo ver como la institución responde a estas urgencias».
Distinciones
Los servidores públicos pertenecientes al cuerpo de Bomberos Voluntarios de Quilmes que fueron reconocidos por Martiniano Molina son: Florencia Ponce Robledo, Mariano García, Diego Villala y Alan Pavón. Mientras que por parte del cuerpo de guardavidas fue reconocido Marcelo Dotto, quien practicó los primeros procedimientos de reanimación cardiopulmonar (RCP) en el niño.
Por su parte, el padre de Mateo, destacó la labor realizada por todos las personas que fueron reconocidas; «el accionar ha sido excelente. Gracias a ellos, hoy tenemos a Mateo entre nosotros». Saenz también remarcó la importancia de los cursos de RCP; «es muy valioso e importante que todos estemos prevenidos en estas circunstancias. Un segundo de descuido puede llegar a ser fatal para los niños».
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