Sevilla capital cuenta con cuatro parques de bomberos distribuidos por toda la ciudad: San Bernardo, Pino Montano, Carretera Amarilla y Polígono Sur. Cuatro parques que tienen algo en común, todos presentan serias deficiencias en sus edificios, tal y como ha podido comprobar El Correo de Andalucía.
Goteras, techos de amianto, puntos de luz que no cumplen la normativa vigente, tuberías de plomo que suministran agua potable, puertas de salida de emergencias estropeadas o bloqueadas, ratas, cucarachas… Un sinfín de carencias importantes que arrastran los edificios desde hace años y que no se terminan de solucionar. Pero no sólo eso, hay que precisar que parte del material con el que los bomberos deben lidiar en sus intervenciones «está obsoleto y supone un peligro para la plantilla», afirma Manuel Poó, delegado y responsable del Sindicato Andaluz de Bomberos (SAB). Todo esto a pesar de que el Ayuntamiento gastó en 2016 cerca de dos millones en material y vehículos. Una inversión «insuficiente» para los problemas que arrastra el cuerpo desde hace años. «No se ha acometido ninguna reforma en los edificios y es de vital importancia hacerlo cuanto antes», explica Poó.
El Sindicato Andaluz de Bomberos aclara que son ellos los que conviven diariamente con las deficiencias y no los políticos, «por eso no han solventado los problemas ya». Reconocen que hace años que no se acometen inversiones, pero por eso solicitan un esfuerzo al Consistorio y a la Junta de Andalucía, y que «no se pongan parches» con los fondos que reciben de la UNESPA (2.175.000 euros).
A este respecto, José María Casar, jefe del Servicio de Protección, Extinción de Incendios y Salvamento del Ayuntamiento de Sevilla del Cuerpo de Bomberos, aclara que los parques son «muy antiguos, pero la situación no es crítica, es mejorable y con los medios con los que contamos se están arreglando poco a poco». Explica, que el Ayuntamiento conoce todas las deficiencias y que hay intención de solventarlas y modernizar las instalaciones de bomberos lo antes posible, pero es un proceso que lleva su tiempo.
Pero el envejecimiento de los edificios y materiales no son los únicos problemas. A esto se le debe sumar la falta de personal, pues según aconsejan los estándares internacionales debería haber un bombero por cada mil habitantes. Es decir, si Sevilla tiene unos 700.000 habitantes, debería contar con aproximadamente 700 bomberos. Pero esta norma no se cumple. Explica Casar, que la plantilla actual consta de 471 trabajadores y debería tener al menos 538 bomberos después de las bajas que no se han repuesto. Además afirma que «el Consistorio dispone de medios económicos suficientes para rejuvenecer y ampliar considerablemente la plantilla», pero para que esto se produzca, manifiesta que «la delegación y la dirección deben presionar a Recursos Humanos para que lo acometa».
fuente y foto: www.elcorreoweb.es