Buenos Aires.- Los Voluntarios de Tapiales usaban un camión del ’66 que se rompió cuando iban a una emergencia, por lo que siguieron a pie. Ahora juntan fondos para comprar otro vehículo y renovar equipamiento.
El cuartel del Destacamento de Tapiales necesita de la solidaridad para juntar $ 1 millón y comprar una nueva autobomba. La necesidad surgió hace unas dos semanas, cuando los bomberos voluntarios llegaron a un incendio en La Tablada corriendo. En el camino su viejo camión modelo 1966 había dicho basta: se fundió el motor y perdieron el tanque de combustible.
“Esa situación hizo que los que estaban de turno fueran corriendo con baldes de agua para apagar el fuego. Sin estar bien equipado no se puede cumplir como corresponde”, sintetiza el encargado interino del Destacamento, Claudio Grammático. Y destaca: “Fue un acto de valentía y demostró la pasión del cuartel”.
El fuego se generó en el living de una casa de familia en La Tablada. Cuando estaban a cinco cuadras del lugar sufrieron el percance con la autobomba, pero no se dieron por vencidos. Pese a que se trataba de un incendio menor y sin mayores riesgos, igual agarraron los baldes del vehículo que quedó parado y se movilizaron como pudieron, con ayuda de la gente del barrio. «Los vecinos hacían señas para guiarnos hasta el lugar del hecho», recuerda el encargado del cuartel. Así llegaron a tiempo: apagaron el fuego y los daños en la vivienda, gracias a ellos, fueron muy pocos.
En ese caso, la enorme voluntad de los bomberos alcanzó. Pero la falta de equipamiento no siempre se puede remediar, por más compromiso que pongan los voluntarios. «Tenemos que renovar los coches porque las estructuras están viejas por la vibración al andar. No pueden averiarse en situaciones de emergencia. Además hay que mejorar las condiciones en las que trabajan los bomberos», agrega Grammático.
El cuartel es uno de los que tiene mayor cobertura en el extenso municipio de La Matanza: su jurisdicción incluye Aldo Bonzi, Ciudad Evita, La Tablada, Tapiales y Villa Madero. “Prestamos servicio a 700 mil vecinos de varias localidades”, detalla el encargado.
Además de la urgencia por reemplazar la vieja autobomba fundida, los voluntarios tratan de juntar fondos para comprar nuevas botas, cascos, mantas ignífugas, mangueras e indumentaria.
»Si bien tenemos vehículos operando, la antigüedad de los modelos hace que se rompan seguido y mantenerlos termina saliendo más caro», explica Grammatico. Hoy, se manejan con otra autobomba de 1981 que está operativa, pero a medias. Por su deterioro, se rompe con facilidad. Además, tienen un vehículo “de rescate”, de 1971, que no alcanza para llevar a todos: deben ir colgados cuando salen a una emergencia.
A raíz de esta situación, y del episodio de la autobomba, el Rotary Club del barrio organizó un evento para que la comunidad aportara su granito de arena. Así recaudaron los primeros $120 mil. “Estos hechos despiertan la solidaridad de la gente. Los bomberos arriesgamos la vida día a día para salvar a los demás, por eso hay que tener todas las herramientas necesarias para combatir un fuego”, expresa Grammático.
La próxima convocatoria solidaria todavía no tiene fecha, pero será a mediados de diciembre, con un bingo familiar en el que además festejarán los 60 años de la creación del cuartel.
Mientras, los voluntarios no aflojan en su compromiso. “Los días de guardia van variando y siempre estamos atentos a todo. Se crean vínculos muy fuertes con los compañeros y las personas a las que salvamos”, dice Lucía Salday, una voluntaria.
“Ser voluntario es la profesión más digna que pude haber elegido. Espero que podamos recaudar lo que necesitamos, ya que uno pone todo su esfuerzo para prevenir tragedias”, redondea el bombero Mariano Delgado. Y Grammático cierra con un pedido a las autoridades: “»Necesitamos que la Municipalidad esté más presente y atienda las necesidades que se nos presentan. Queremos que el Estado sepa más de nosotros y nos ayude en algo que es para todos”, dice.
fuente y foto: www.clarin.com