La 13ª Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS), Deber y Disciplina, se reunió la tarde de ayer para recordar los 37 años del fallecimiento del mártir Eduardo Rivas Melo.
En la oportunidad y en inmediaciones de la Torre Santa María, se efectuó una Romería, la colocó una ofrenda floral y se rindió honores a quien entregó su vida cumpliendo el deber, en el incendio producido en ese edificio el 21 de marzo de 1981.
Posteriormente y en el Cuartel, Oficiales y Voluntarios de la 13ª Compañía, escucharon el discurso del Voluntario Honorario y Consejero de Disciplina, don Enrique Krauss Valle, quien hizo una remembranza de la tragedia.
“Mucho se ha dicho en estos 37 años relativo a esta tragedia que enluto a nuestra Compañía, al CBS, a la comuna de Providencia a nuestra ciudad y a todo un país, en aquella época en el que se paraban los primeros rascacielos que pregonizaban la grandeza que por aquellos años se señalaba tendría nuestro país por sobre sus pares de Latinoamérica (…) Era la primera vez que Bomberos debía atender una Emergencia de esta naturaleza en nuestro país y la Trece era la protagonista principal de este dantesco Incendio”.
El Consejero Krauss, subrayó las complicaciones que tuvo la Institución en esa época para responder a ese tipo de emergencia.
“El material de altura de la época no lograba contener las llamas y mostraba inefectividad frente a un piso 12. Los Guardianes y Voluntarios que concurrían al incendio se desplegaron por el interior del edificio protegidos por sus toallas. El Equipo autónomo que contábamos se compartía entre varios. A través de cajas de escalas que debiesen haber estado presurizadas, las que por fallas humanas propias de la falta de preparación hacían que estuviesen inundadas de humo se combatía el Incendio”.
El discurso continuó con el momento más difícil que debió enfrentar la Institución y en especial la 13ª Compañía, al saber que un Trecerino había fallecido cumpliendo el deber.
“Tocaba la hora de la retirada, la de recoger mangueras, la de enrollar los pollos. Sin embargo la euforia y la sensación del deber cumplido se quiebran cuando en una comunicación radial informan al Comandante Don Mario Ilabaca Quezada que al abrir uno de los ascensores del edificio se encontraron unos cuerpos sin vida (…) Ese frío se acrecentó y nos estremeció cuando el Comandante solicito la presencia en la Puerta del Edificio de nuestro Capitán Ricardo San Martin (…) Quien falta, quien no está…nos preguntábamos algunos, no está por ahí decían otros …Varios nombres circulaban entre nosotros. Hasta que de a poco fuimos dándonos cuenta que quien faltaba, que el nuevo Mártir de la Institución era Eduardo Rivas Melo, nuestro querido Lalo”.
Al finalizar, el Voluntario Honorario Enrique Krauss, destaca el cambio y evolución que tuvo la Institución con la muerte del Eduardo Rivas y la emergencia producida en un edificio de altura.
“Como lo he dicho en más de una oportunidad Lalo y su muerte nos llevaron a los jóvenes bomberos de aquella época a entender en carne propia lo que significaba a cabalidad esa parte de nuestro Juramento de “Hasta dar la vida si fuese necesario”, como antes los habían vivido generaciones anteriores con la muerte de Alfredo, Mirko y Oscar.
La muerte de nuestro querido Amigo llevo a cambios inmensamente positivos para Bomberos como fue la renovación de todas las Mecánicas de la Institución y la incorporación de la pieza de Material Mayor más revolucionaria que ha incorporado nuestra institución como es nuestro Snorkel, que hasta el día de hoy circula por las calles de Santiago mostrando orgulloso el nombre de Eduardo”.
Luego del discurso, la Compañía escuchó respetuosamente las 13 campanadas en homenaje al mártir Eduardo Rivas, mientras el Director y Capitán disponían una ofrenda floral en el memorial que recuerda a los Voluntarios de la 13ª Compañía, quienes entregaron su vida cumpliendo el “Deber y Disciplina”.
fuente: http://www.cbs.cl