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Bomberos de Manabí padecen por falta de equipamiento

La situación en Manabí, de hecho, era aún más crítica. A dos años de la tragedia, el panorama en la provincia no ha variado: ninguno de los destacamentos en los 22 cantones tiene una certificación de Rescate en Estructuras Colapsadas (Urban Search and Rescue, USAR, por sus siglas en inglés).

De los siete cantones de la zona centro de Manabí (ver fichas completas en nuestra edición impresa), seis ni siquiera tienen el número mínimo necesario de bomberos (42) para acreditarse.

Philips Chang, agente del Cuerpo de Bomberos de Durán (Guayas) y guía de la red INSARAG de las Naciones Unidas, explica que por aquel motivo muchos destacamentos no pueden acceder a este tipo de acreditación.

El INSARAG es una red que agrupa a 80 países para dar asesoría y soporte frente a desastres.

En el país, solamente los Cuerpos de Bomberos de Quito y Guayaquil están acreditados con equipos USAR livianos y medianos. Pero con equipos pesados no existe ninguna acreditación.
Sin equipos. De hecho, la falta de equipamiento necesario en los cuarteles de Manabí frustró la capacidad de respuesta el 16A. Las limitaciones se evidenciaron, especialmente en las ciudades con el mayor número de víctimas (Pedernales, Manta y Portoviejo).

El panorama todavía pinta gris en la mayoría de los cantones, pese a que han transcurrido dos años del terremoto y, entre otras cosas, el Estado ha destinado 3.000 millones de dólares para la reconstrucción, la mitad de esa cantidad recaudada con el impuesto de la Ley Orgánica de Solidaridad.

William Mera, jefe del Cuerpo de Bomberos de Portoviejo, reconoce que durante la tragedia no tenían las herramientas necesarias y debieron utilizar sus manos, combos o martillos para poder rescatar a las personas atrapadas en los edificios que colapsaron. Es decir, una labor casi artesanal, sin tecnificación.

En Portoviejo, unas 137 personas murieron y al menos 684 infraestructuras resultaron afectadas el 16A. Se han invertido -según Mera- unos 60 mil dólares en la compra de equipos y herramientas de nivel livianos y medianos. La compra de equipamiento pesado es una tarea que se ve lejana. En este nivel, por ejemplo, se requiere de maquinaria tecnificada (como la que trajeron rescatistas de otros países como México, Colombia o España) e incluso perros entrenados para rescates de personas en estructuras colapsadas.

Marcos Hadathy, excomandante del Cuerpo de Bomberos de Ibarra, afirma que para equipamiento completo la inversión supera los 200 mil dólares.

Juan Velásquez, jefe del destacamento de Tosagua y presidente de la asociación de Bomberos de Manabí, reconoce que en la provincia no hay ningún destacamento con equipamiento liviano por el número de bomberos rentados que tienen.

“Por el momento solo tenemos herramientas para intervenir”, señaló.

Manta y Portoviejo son los dos únicos destacamentos manabitas que podrían calificar para la certificación nacional básica, pero deben cumplir varios protocolos.

Ni siquiera el destacamento de Tosagua que cuenta con el mayor número de bomberos voluntarios activos (75) podría acreditarse por ahora, reconoce su comandante. Tampoco el de Bolívar, donde adquirieron herramientas para rescate en estructuras colapsadas y cuentan con una nueva infraestructura. Sin embargo, allí el número de bomberos apenas alcanza los quince.

Jaime Moreno, concejal de Bolívar y miembro del directorio del Cuerpo de Bomberos, asegura que también recibieron un equipo de extricación vehicular, cuya donación llegó desde Estados Unidos.

En Jaramijó, en cambio, no han tenido la suerte de recibir donaciones: aquí las únicas herramientas que tienen son picos, palas y cuerdas. Es decir, están limitados técnicamente ante un desastre natural. El jefe del cuartel, Eudoro Mero, lamenta que no tienen ambulancia ni vehículos de rescate, mientras que sus implementos contra incendios son básicos.

Se preparan. William Mera dice que, actualmente, el principal objetivo para el Cuerpo de Bomberos de Portoviejo es acreditar como equipo USAR en nivel liviano.

Para ello, deben cumplir con siete cursos hasta junio próximo. Luego, en noviembre, unos 40 rescatistas pueden recibir la certificación por parte de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos.
Mera afirma que ahora, en la capital manabita, están más capacitados que hace dos años para enfrentar este tipo de emergencias. Pero reconoce que todavía faltan herramientas, entre ellas, algo tan básico: un nuevo sistema de comunicación.

“Los Cuerpos de Bomberos del país nunca han sido atendidos por el Gobierno, nunca se han preocupado”, se queja. Y dice además que después del 16A les prometieron equipos, recursos, infraestructura… Nada de eso ha llegado. “Lo poco conseguido ha sido por la adscripción de este Cuerpo de Bomberos al Municipio de Portoviejo”.

fuente y foto: http://www.eldiario.ec

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