Buenos Aires.- En un contexto de empoderamiento y lucha de las mujeres, el destacamento de Bomberos Voluntarios de Banfield, ubicado en Pueyrredón al 1500, incorporó una bombera: por primera vez en 59 años, esa sede recibió a una mujer para que realice actividades históricamente reservadas a los hombres.
Martina María González (22), “Marti”, como la conocen en su barrio, fue la elegida para dar el gran paso y ya desempeña sus tareas en el nuevo lugar de trabajo. “Estuve en Cuartel Central de Lomas desde el año pasado hasta el miércoles de la semana anterior, cuando me dieron el pase al destacamento de Banfield”, explica la vecina de esa localidad del Sur del GBA y estudiante de Veterinaria en la Universidad de Buenos Aires.
Su interés por los bomberos no es nuevo. Martina cuenta que de chica los admiraba y se le ponía la piel de gallina cuando escuchaba sonar la sirena, algo que se potenció cuando su tía abuela la llevó al Cuartel Central. “Siempre me interesó el trabajo que hacen, cómo apagan el fuego y su ayuda indiscriminada. Siempre sentí que éste era mi lugar de pertenencia”, revela la bombera, visiblemente emocionada. Y no para de contar la cocina de su “metier”: “Poder hacer algo frente a una situación extrema o riesgosa, tener las herramientas y saber qué hacer en las intervenciones o incendios, gracias a la excelente capacitación que tenemos… Eso es lo que más me gusta de todo esto, la acción ”, cuenta.
En casi un año y medio no sólo se convirtió en bombera, sino que ahora es la primera en el destacamento de Banfield, que el 29 de mayo cumplió 59 años. “Siempre supe que yo debía trabajar acá por mi domicilio, pero como no había vestuarios para personal femenino, no podía hacerlo”, explica, y agrega: “Ahora, como parte de los festejos por el aniversario los inauguraron y formalmente fui la primera”, dice.
Martina irradia felicidad desde ese día: “Es una emoción y un orgullo. Me sentí muy feliz y emocionada porque esto va a quedar en la historia. Es algo que va a quedar marcado en mí para siempre. Es un honor inmenso”, confiesa.
La nueva bombera de Banfield no tiene horarios ni turnos fijos y se acerca cuando puede para hacer lo que alguna vez soñó. “Al ser voluntaria, voy cuando quiero y cuando puedo. Pero no imagino mi vida sin pertenecer al cuerpo de bomberos, mi objetivo es seguir capacitándome para crecer profesionalmente. Estoy al pie del cañón cada vez que suena la sirena”, dice.
“Espero que a partir de ahora el destacamento tenga más mujeres bomberas. Realmente deseo que se puedan animar a intentarlo o, al menos, a pasar a preguntar sobre cualquier duda que tengan o simplemente por curiosidad. Van a ser mas que bienvenidas”, cierra.
Fuente: www.clarin.com