Tenemos que esperar que algún acontecimiento trágico y de mucha cobertura mediática suceda a fin de empezar a pensar en las necesidades de tomar medidas de prevención. Nuestra idiosincrasia hace que nos basemos más en reacciones que en prevención, es una realidad que no podemos negar.
Con el pasar de los años empezamos a ver que más instituciones bomberiles lograron ser quienes hacen controles de prevención contra incendios en sus ciudades.
Estamos entonces todos en la dirección correcta, vamos hacia una cultura de prevención basada en estándares. ¿Pero qué hacer para lograr que esto sea una realidad? La respuesta es educar y educarnos.
Sin una adecuada educación de las personas, no lograremos avanzar y seguiremos siendo testigos de muchas más pérdidas de vidas y bienes.
De hecho, hoy encontramos que la protección contra incendio es un tema encarado por los profesionales especializados, agentes de seguros, analistas de riesgos, instaladores, técnicos de bomberos, vendedores de sistemas de detección y extinción, directores de proyecto, y podemos seguir enumerando.
Tenemos que trabajar en conjunto (profesionales, autoridades de control y la comunidad) a fin de elevar el conocimiento. Tenemos que convencer que las medidas de protección contra incendios son importantes, que, aunque no se hayan exigido antes ahora es imprescindible, “no hay excusas”, la vida es más valiosa que los bienes y edificaciones.
En resumen, el problema de no contar con una cultura de prevención contra incendios se debe a dos factores: falta de conocimiento y falta de interés.
¿Cómo lo resolvemos? con educación. La educación nos traerá como consecuencia, adopciones voluntarias de normas. No es necesario tener que esperar que se reglamenten por decreto los estándares de protección contra incendios. Cuando hay una cultura arraigada, las cosas fluyen solas.
Solo así podremos lograr tener una comunidad más segura.
Ofic. Ing. Eduardo Javier Granda
Bomberos Voluntarios Pilar (B)
Especialista Certificado CEPI (NFPA)