Luis Miguel Montero, Luismi, tiene 52 años, es bombero, el bombero número 351 de Madrid, y el pasado octubre vivió un calamitoso accidente en el propio parque donde trabajaba en Villaviciosa de Odón. Durante una guardia nocturna su cama mueble se venció sobre él, aprisionándolo, con la mala fortuna que le golpeó en la columna vertebral y le produjo una tetraplejia irreversible.
Casi desde un primer momento, los bomberos sospecharon del mantenimiento y estado de las camas. «Al día siguiente dieron órdenes para que se revisaran todos los anclajes de las camas de los parques», recuerda Pedro Campos, portavoz de CCOO, que añade que la Dirección General de Protección Ciudadana prometió poner todo lo que estuviera en sus manos a disposición de Luismi, que llevaba más de 25 años en el servicio.
Sin embargo, cuando la Inspección de Trabajo abrió un expediente y determinó que había una responsabilidad empresarial por parte de la Comunidad de Madrid «por falta de medidas de seguridad e higiene», el subdirector general de Gestión Administrativa, Pedro Plans, alegó que existió «un incorrecto uso de la cama mueble» por parte del trabajador además, eso sí, de reconocer una «incorrecta instalación» del mobiliario.
Aquello fue un jarro de agua fría para Luismi, para su familia, y para todo el cuerpo de bomberos. Aparte de la pensión por invalidez del 100%, la responsabilidad de la Comunidad en el accidente aumentaba la compensación un 40% a cargo de la Administración regional. En su último dictamen, Empleo ratificaba la responsabilidad de Protección Ciudadana, que no volvió a recurrir.
Pero el daño ya estaba hecho. «El compañero no ha recibido el respaldo que merecía», insistían ayer varios del medio millar de bomberos que compartían el mismo sentimiento de frustración y que ayer acudieron en masa desde numerosos puntos de Madrid a la sede de los bomberos en Las Rozas a homenajear a su compañero.
«Esta iniciativa no tiene nada que ver con sindicatos ni con política, sólo queremos apoyar a Luismi. Que esta gente sepa que no somos sólo un número, que somos personas», se leyó en un comunicado al acabar el acto. «Nos tienen que defender, y estar de nuestro lado cuando hay desgracias», reprochaban los trabajadores, que pidieron el cese de Plans. «Que este responsable no vuelva a hacer de las suyas».
«El único apoyo que he sentido desde el principio ha sido el de mis compañeros», explicaba emocionado Luismi, que recibió una carta del propio Plans poco después del dictamen de Trabajo rectificando su postura «y diciéndome que no pensaba que fuera a recaer todo sobre mí», pero que ya llegó tarde. «Fue un gran daño moral el que hicieron, que te quedes con una tetraplejia y encima presenten un recurso para quitarte un 40%… no quiero que esto le vuelva a pasar a un compañero», decía mientras abrazaba a un bombero tras otro acompañado de sus emocionadas hija y mujer (Ana María).
«El día de su cumpleaños, que él estaba en Toledo, no sé si recibí más de 400 mensajes de bomberos para felicitarle, y animarle, bomberos que no conocía, además de visitas y mensajes de ánimo», insistía su hija.
Fuentes de Protección Ciudadana afirmaron ayer que Pedro Plans «no actuó en nombre propio sino en el de su cargo», y recuerdan que las alegaciones se presentaron después de que se elaborase un exhaustivo informe por parte de técnicos del servicio de mantenimiento y de obras así como de personal de la empresa que colocó las camas.
Según este portavoz, el dictamen concluyó que «la cama estaba mal colocada» y por eso se despidió a dos operarios, pero que también se concluyó que podría «haber un mal uso», y que por eso se especificó en la alegación. Aun así, matizó el portavoz, que Plans, «bastante afectado», le remitió una carta a Luismi para que le perdonase «porque sólo había hecho su trabajo» y no era su intención perjudicarlo.
Fuente y foto: www.zocalo.com.mx