Buenos Aires.- Todavía conmovida y totalmente agradecida, Flavia, la mamá de Brisa, agradeció la increíble ayuda que recibió en el Destacamento 2 de Loma Hermosa: “Un millón de gracias a los bomberos que asistieron a mi beba. No hay palabras para describir el alivio que hoy siento de tener a mi hija conmigo. Dios los siga guardando y guiando a cada uno de quienes salvaron su vida”.
Por su parte, el padre de la nena se acercó al cuartel durante el día de ayer para mostrar su gratitud y preguntar cómo podía colaborar con ellos.
Daniel Camiolo, Comandante del Cuartel Central de Bomberos de San Martín, reconstruyó el episodio. «Los efectivos estaban acondicionando los vehículos después de volver de un incendio. Y en ese momento llegó una camioneta, de la cual bajaron dos personas con una bebé en brazos. El comandante a cargo del Destacamento los atendió y le dijeron “se me está muriendo”. La nena ya estaba un poco azul en ese instante”.
Brisa tenía un bolo alimenticio que atorado en la tráquea y con la misma saliva se estaba ahogando. Entendiendo la gravedad de la situación y la necesidad de intervenir de manera urgente, los bomberos comenzaron de inmediato con la maniobra de Heimlich. Quienes actuaron de manera directa fueron Manuel Ramírez, subcomandante del cuartel, y el bombero Oscar Castañeda.
El procedimiento consistió en colocar boca abajo a la beba, apoyada sobre un antebrazo, y golpearla a la altura del omóplato. Es una práctica que sirve para ayudar a una persona que se está asfixiando, y que provoca que se expulse el aire de los pulmones, provocando una tos que termina expulsando el objeto que esté obstruyendo las vías respiratorias.
Fuente: zonales.com