San Juan.- Como si el 2022 no hubiera sido un año para el infarto, los Bomberos Voluntarios de Chimbas no podían terminarlo de otra manera que protagonizando un rescate de película y salvándole la vida a una beba asfixiada. Ellos fueron el cabo Roberto Robledo y el aspirante Daniel Pereyra, quienes controlaron una situación desbordante y este sábado por la noche brindarán por la tarea lograda y un auxilio que marcará sus historias.
Según contó Robledo, lo que parecía una guardia tranquila, cerca de las 2.30 de la madrugada, se volvió una pesadilla para la familia de la bebé de unos pocos meses que golpeó los portones de la sede ubicada en Benavídez y Pala Albarracín de Sarmiento para pedir ayuda. En brazos llevaban una criatura que no podía respirar, por lo que de inmediato, él y el joven compañero que se encontraba a su lado tuvieron que actuar al instante.
Si bien el mayor de los héroes tenía experiencia en este tipo de acciones, puesto que ya había rescatado a un chiquito de 3 años que se ahogó con un pedazo de carne, Pereyra de apenas 18 años atravesaba su primer momento de tensión en su labor como bombero voluntario. No obstante, ni las diferencias ni el desesperante contexto fueron suficientes para amedrentar a estos brigadistas que enseguida realizaron las maniobras que conocían para comprimir la zona abdominal de la menor y, de esa manera, conseguir que sus vías respiratorias quedaran liberadas.
«Le recibí la nena y le practiqué las maniobras de Heimlich porque venía sin signos vitales», sostuvo el rescatista que agradeció haber tenido el temple suficiente para traer de vuelta a la vida a la pequeña. «Gracias a Dios pudimos salvarla», agregó.
Pereyra, el más joven de los dos, explicó que se encargó de dar aviso a la ambulancia y de asistir a su compañero en todo lo que hacía falta. Es que luego de su intervención, llegaron los otros brigadistas que ante la llamada de auxilio habían partido rumbo al domicilio de la menor, con la mala suerte de que se desencontraron con el automóvil particular que llevaba a la bebé.
Luego de lo ocurrido, los bomberos dirigidos por Sergio Cuello la trasladaron de inmediato al centro de salud más cercano, al Báez Laspiur y más tarde la derivaron al Hospital Rawson, donde quedó internada en Neo en observación. Por el momento se desconoce con qué se ahogó, lo cierto es que sobrevivió de manera milagrosa y gracias a lo hecho por los brigadistas.
«Salvar una vida es algo inexplicable, es algo muy emocionante, todavía no duermo desde ayer», confesó Robledo al mismo tiempo que Pereyra destacó que la adrenalina que se siente en tal momento no se puede describir.
Fuente y foto: www.tiempodesanjuan.com