Cataratas.- Hace exactamente un cuarto de siglo, Miguel Aguirre y Vilmar Rodríguez enfrentaron momentos de angustia y peligro cuando sufrieron un siniestro náutico en las aguas tumultuosas del Río Iguazú superior, en las proximidades de las majestuosas Cataratas del Iguazú.
El infortunio los dejó varados a escasos metros de la imponente caída del Salto San Martín, en una posición extremadamente precaria, agarrados únicamente a las ramas y raíces de los árboles que asomaban sobre el río.
La situación crítica y la ubicación de los jóvenes víctimas requerían una operación de rescate sumamente compleja. Fue entonces cuando la valentía y la colaboración se hicieron presentes de manera sobresaliente. El piloto de helicóptero de la Empresa Helisur, el señor Cami Guedes, proveniente de Brasil, desempeñó un papel fundamental en la operación. Volando a alturas peligrosas y maniobrando con maestría, Cami se acercó lo suficiente a la posición de Aguirre y Rodríguez para permitir su rescate.
En tierra firme, el Bombero José Luis Monzón se convirtió en el salvador de las víctimas. Con habilidad y determinación, descendió desde el helicóptero hasta la ubicación de los jóvenes varados, asegurando su seguridad y realizando el transporte hasta un lugar seguro.
El rescate exitoso de Miguel Aguirre y Vilmar Rodríguez no solo evitó una tragedia en ese momento, sino que también cambió el curso de sus vidas, marcándolos para siempre como testigos de la solidaridad y la valentía humanas. El acto de coraje de los bomberos de Puerto Iguazú y la colaboración transfronteriza con el piloto de helicóptero brasileño demuestran la importancia de trabajar juntos en momentos de crisis.
En la ceremonia de hoy, los bomberos que participaron en el rescate fueron homenajeados y reconocidos por su servicio ejemplar. Las familias de Miguel Aguirre y Vilmar Rodríguez también estuvieron presentes para expresar su gratitud y para conmemorar el vigésimo quinto aniversario de aquel día que cambió el destino de todos los involucrados.
La historia del rescate en las Cataratas del Iguazú sigue inspirando a las generaciones actuales y futuras a enfrentar desafíos con valentía y a unirse en momentos de adversidad.