Vicente F. P., de 52 años, fue detenido el pasado viernes en Zaragoza por insultar a los bomberos cuando apagaban un incendio en el barrio de Torrero-La Paz y arremeter contra los policías nacionales que intentaron tranquilizarlo para que no siguiera increpándolos. Al final, el hombre arremetió contra los funcionarios policiales y acabó detenido.
El suceso se produjo en la medianoche del pasado viernes en la calle de El Castellar. Los Bomberos de Zaragoza habían acudido al número 19 de la mencionada vía para sofocar un incendio. Vicente F. P. se presentó en el lugar y, sin motivo alguno, comenzó a meterse con ellos y a interrumpir su labor. Todo esto lo hizo delante de una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía, que trató de calmarlo para que dejara trabajar a los bomberos.
Su reacción, sin embargo, fue decirles que no tenían por qué dirigirse a él y que no pensaba mostrar su documentación a dos «niñatos de papá». Los agentes le requirieron la documentación hasta en cuatro ocasiones, pero no solo no se la enseñó sino que les dijo que se estaban equivocando con él y que les iba a quitar la pistola y a pegarles dos tiros a ellos y a sus hijos, según reflejaron luego en las diligencias. Les advirtió, además, de que había estado veinte años en la cárcel y le daba todo igual.
La situación se fue poniendo cada vez más tensa , los policías lo inmovilizaron para cachearlo superficialmente y encontraron en sus bolsillos dos trozos de lo que aparentemente era hachís. «Me cago en vuestros muertos, mariconas, os juro que si me quitáis algo os mato, cuando salga del juzgado os voy a estar esperando», aseguran los funcionarios que les dijo, al tiempo que les lanzaba patadas. Vicente F. P. acabó detenido y la montó tanto en el Hospital Miguel Servet, donde no dejó de escupir y lanzar frases como «te juro por Dios que te mato, me duras un estacazo», como en el calabozo, donde se lió a patadas con la puerta.
El detenido fue puesto a disposición judicial y quedó en libertad tras ser asistido por los abogados Carmen Sánchez y Luis Ángel Marcén.