Miembros del cuartel de bomberos voluntarios de Santiago del Estero recorrieron la zona céntrica de la ciudad Capital, pero no porque haya sucedido una emergencia, sino porque Mara Ysame, una de sus compañeras, se recibió de contadora pública en la Universidad Nacional de Santiago del Estero.
«Ser contadora y bombera no suena compatible, pero se complementan perfectamente: una me brinda la tranquilidad y estabilidad que necesito; mientras que la otra me da emoción, adrenalina y mucha gratitud”, explicó a Nuevo Diario la joven de 29 años.
Ysame aseguró que, “ser contadora es una meta que tengo hace años”; en tanto “ser bombera es una pasión que llevo dentro y que encontré sin darme cuenta”.
La entrevistada relató cómo llegó a ser parte del cuerpo de bomberos voluntarios: “Era 2019. Estaba almorzando y vi en la televisión a unos bomberos trabajando, y quedé sorprendida. Dije: ‘¡Quiero ser bombero!’. Al otro día averigüé, y vi que en Santiago tenemos un cuartel. Estaban disponibles las inscripciones, así que comencé la instrucción al tiempito”.
Ysame recordó que cuando le tocó combatir los incendios de Corrientes (2022), “durante el viaje me tocó ir estudiando”: “Mi experiencia fue particular porque el primer día me tocaba rendir un examen virtual —narró—. Hasta rendir, en la base me tocaron tareas administrativas: hice planillas de personal, inventarios, control de herramientas, combustibles y alimentos, y todo lo referido al correcto funcionamiento”.
La joven remarcó que “ser bombero voluntario no es fácil, porque renunciamos a nuestras cosas para destinar tiempo en servir. Dejamos a nuestras familias, los almuerzos, los festejos, el trabajo, entre muchas otras cosas. Es estar siempre pendiente de una emergencia”.
“Sabes que tienes un minuto exacto para vestirte, equiparte y salir corriendo —agregó—. No puedes tardar, porque cuando te llamaron ya es tarde. El tiempo nos juega siempre en contra, pero la sensación de gratitud y el saber que hicimos algo como proteger una vida, una casa o un animalito vale todo el sacrificio”.
La flamante contadora se plantó: “Enfocarme a las empresas, que siempre fueron mi pasión”. “En Santiago del Estero hay mucho potencial —valoró—. Mi amor por los negocios es de siempre”. Así comenzó una nueva etapa en la vida de la joven, quien marcó sus objetivos: “ayudar y “servir a la comunidad”.
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