El Cuartel de Bomberos Voluntarios de San Andrés de Giles recibió con entusiasmo la llegada del Móvil 30, un nuevo equipo forestal diseñado para mejorar la respuesta ante incendios en la región. Esta adquisición ha significado una inversión de aproximadamente $7.000.000,00 y responde a la creciente necesidad de fortalecer la capacidad operativa frente a incendios en áreas rurales y campos.
El Móvil 30 está especialmente equipado para combatir incendios en zonas agrícolas y ganaderas, que son de vital importancia para la economía local. Su función operativa ha sido cuidadosamente pensada para brindar una respuesta más eficaz dentro de la jurisdicción del Partido de San Andrés de Giles, una región que, debido a sus características naturales, es propensa a incendios forestales.
La compra de este equipo, que se concretó tras más de tres meses de gestiones, refleja el compromiso del Cuartel de Bomberos Voluntarios de San Andrés de Giles con la protección de la comunidad y sus recursos naturales. Con esta nueva herramienta, se espera incrementar significativamente la capacidad de respuesta ante emergencias, asegurando una mayor protección para la zona rural.
El Móvil 30 estará disponible de inmediato para operaciones, lo que permitirá a los bomberos actuar con mayor rapidez y eficacia en situaciones de emergencia. Esta adquisición no solo representa un avance tecnológico, sino también un paso importante hacia una mayor seguridad y tranquilidad para los vecinos del Partido de San Andrés de Giles. Las autoridades del Cuartel expresaron su agradecimiento a todos los que hicieron posible esta compra y reafirmaron su compromiso de seguir trabajando para proteger a la comunidad.
Además este nuevo equipo resulta importante considerando que se espera una época de gran sequía, lo que genera más incendios forestales. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha estimado que existe un 60% de probabilidades de que el fenómeno climático de La Niña se desarrolle entre julio y septiembre, y un 70% de que aparezca entre agosto y noviembre de este año. Este fenómeno, que implica una oscilación en las temperaturas del océano Pacífico ecuatorial, suele generar temporadas con precipitaciones por debajo de lo normal en Argentina. Si se cumplen las proyecciones, el país podría enfrentar una nueva sequía en 2024 y 2025, similar a la que afectó la región en 2023.