El siniestro fue reportado por vecinos de calles Rivadavia y Roque Sáenz Peña, donde las llamas se adueñaron de una cuadra baldío, generando una densa columna de humo.
Al lugar asistieron los bomberos voluntarios con la unidad de ataque rápido, una Ford Ranger con la cual ingresaron dentro del terreno para frenar el avance de las llamas, cuando de pronto el vehículo se desplomó dentro de un gran pozo que no pudieron advertir por estar oculto entre la maleza.
Grande fue la sorpresa al bajar los servidores públicos se encontraron con un pozo de casi un metros de profundidad y algo más de dos metros de largo, cavado por niños del sector como lugar de juegos. Según los vecinos serían esos mismos niños los que iniciaron el fuego. Minutos después llegó la unidad pesada para incendios forestales, entonces mientras un grupo controlaba el fuego que se movía de sur a norte, otra dotación trabajaba con el operador de la grúa para rescatar la camioneta que había quedado literalmente colgada en un lateral del foso.