Lugo.- Manuel Méndez se llevó un «susto de película» el pasado viernes en la Ronda das Fontiñas de Lugo. Entró en un supermercado y al salir, se encontró con los bomberos, que estaban apagando un fuego que, según Manuel, nunca prendió. «Era vapor de agua porque estaba recién lavado. Se lo expliqué, pero no pararon hasta destrozarme el coche», narra.
Ante los numerosos espectadores que se concentraron para curiosear lo que estaba ocurriendo, este lucense no dejó de gritarles a los funcionarios para que cesasen las labores de extinción. Sin embargo, todo fue en vano y la parte delantera de su coche quedó destrozada. «No olía a humo de un incendio, estaba claro que no había fuego, por lo que no puedo entender su forma de actuar», añade.
Aunque Manuel y su mujer estuvieron tan solo 10 minutos en el supermercado, el panorama al salir fue completamente inesperado: «De repente, vi que estaban metiendo las patas de cabra, les pedí que parasen y me contestaron que estaba ardiendo. En ese momento pensé que había una cámara oculta». «Son casi 10.000 euros de arreglo, menos mal que tengo el seguro a todo riesgo», exclama. Es por esto por lo que ha decidido no presentar una denuncia. Sin embargo, quiere hacer pública su historia para «denunciar públicamente el comportamiento que tuvieron los bomberos». Como resultado del falso incendio, capó, defensa, faros y cerraduras quedaron completamente inservibles.
Pero la realidad, explica Méndez, es que el coche había estado en el taller hasta ese día: «Al terminar las reparaciones me lo limpiaron, y me avisaron de que igual echaba un poco de humo, pero que no me preocupase porque era vapor. Salí del taller, paré en el supermercado, y lo siguiente ya te lo sabes», cuenta este venezolano que vive en Lugo.
Fuente: www.lavozdegalicia.es