Sebastián Karpencopf es un bombero voluntario de un cuartel de Buenos Aires que, hace algunos días, hizo cumbre en el volcán Lanín. No se trata de la primera hazaña, ya que desde hace muchos años levanta la bandera de la vocación de servicio, la capacitación y el estado físico de los bomberos voluntarios del país.
La cumbre del Lanín la logró en tan solo 11 horas, con un guía habilitado y 25 kilos a sus espaldas. Sebastián tiene 50 años. La caminata fue con el estructural, una camiseta térmica manga larga, la remera del cuartel y el equipo de incendio. Dejó plantada la bandera de la institución para que quienes suban puedan firmarla.
Su intención es difundir el mensaje de colaboración hacia sus pares, que la gente vea la capacidad física que desarrollan con el fin de dar una respuesta inmediata ante cada emergencia.
Otro de los mensajes es abrir los ojos de las comunidades con respecto a la economía de cada cuartel, la necesidad constante de fondos para reparación de móviles y adquisición de nuevas herramientas.
El bombero resaltó las largas horas de capacitaciones que realizan de manera cotidiana, tiempo puesto al servicio de su vocación, una universidad en la cual el aprendizaje no tiene fin.
En otras oportunidades, ha participado de triatlón también con el estructural puesto, siempre con el mismo mensaje: existen miles de voluntarios en todo el país, arriesgando su vida sin ningún beneficio más que cumplir con lo que sienten.
Fuente y foto: www.elcordillerano.com.ar