Marbella.- Concienciados de la gran importancia que tiene saber reaccionar ante una situación de emergencia en la que una persona deja de respirar o su corazón para de latir, varios voluntarios de los Bomberos de Marbella llevan años recorriendo colegios e institutos de la localidad para enseñar a los más jóvenes de las casas a practicar la reanimación cardiopulmonar (rcp). Fruto de este trabajo nació un proyecto pionero en el que los especialistas en trabajar contra las llamas se han aliado con varios alumnos de un instituto para crear un cómic con el que se puede aprender a salvar vidas.
La idea surgió después de una charla en el Instituto Sierra Blanca. José Pérez, uno de los bomberos implicados en esta iniciativa, explica que mantuvo una conversación con la directora del centro, Sofía Morales, en la que ella le confesó que había buscado publicaciones sobre la rcp y que ninguna de ellas era amena y atractiva para los alumnos.
Entonces surgió la idea de hacer un cómic. José y su compañero Jaime Serrano idearon la historia tomando café. Cuentan que se inspiraron en lo que percibieron en las clases en las que daban las charlas: «En una de ellas, uno de los alumnos no se separaba de nosotros. Decía que él no podía hacer eso, refiriéndose a la rcp. Nos enteramos de que su familia estaba desestructurada y de que en el instituto era víctima de acoso escolar, así que le dimos mucho cuartelillo. Al final acabó viniéndose arriba e hizo muy bien la maniobra».
Pensaron que su ejemplo podía ser el mejor, no solo para concienciar a los jóvenes de la importancia de saber practicar de forma correcta la rcp, sino también para denunciar el ‘bullying’ y dar claves para afrontarlo. Manolito, un niño de 12 años, es el protagonista de la historia que han ideado. Se trata de un alumno de un centro al que acuden unos bomberos a dar una charla sobre rcp. José explica que, en el cómic, él está atento, mientras «un grupo de gamberros se mete con él y no atiende». Tras ello, el padre de uno de los acosadores sufre un paro cardiaco al ir al centro a por su hijo y «Manolito se convierte en su salvador y en el héroe del cole al practicarle la maniobra».
Sin embargo, mientras tomaban aquel café, se dieron cuenta de que algo fallaba. «Nuestra forma de hablar es de los años 80, estamos desfasados», confiesa entre risas el bombero.
Para solucionar este contratiempo decidieron incrementar el equipo. Llamaron a la directora del Instituto Sierra Blanca y le propusieron la idea del cómic. Necesitaban la colaboración de un grupo de alumnos, no solo por el vocabulario, sino también por el hecho de que nadie mejor que ellos conocen la realidad de lo que ocurre en clase.
Así fue como Rafael Marina, Pablo Gil, Maite Bermúdez y María González, todos alumnos de entre 15 y 17 años, se sumaron al proyecto. «La gente de nuestra edad no es consciente de la importancia de saber hacer bien la rcp y que, con ello, se salvan vidas», insiste Maite.
José explica que, cuando una persona sufre una parada cardiorespiratoria, los primeros cinco minutos son los más importantes para mantenerla con vida. «A partir de entonces empiezan a morir células cerebrales y, cada minuto, se reducen un 10% las posibilidades de sobrevivir. Una ambulancia es casi imposible que llegue antes de ese tiempo, por lo que es de vital importancia que todos sepamos hacer bien la rcp», explica.
Su compañero Rafael Hernández es experto en hacerla y también en dibujar. Por eso recayó en él la complicada tarea de darle forma a cada una de las viñetas del cómic. Él insiste en que el dibujo es su gran afición. Ya de pequeño no dejaba ningún margen de los libros o libretas del colegio sin pintar y ahora ha logrado compaginarla con «una buena causa». Al respecto, insiste en la importancia de la rcp y en que este proyecto es una gran iniciativa para que los jóvenes lo aprendan de una forma más sencilla y cercana.
Mientras acaban de dar los últimos coletazos a `Todos podemos salvar una vida’, parte del equipo está dedicado a buscar patrocinadores. Esto es de vital importancia para que el proyecto salga adelante. José recuerda que todos los beneficios de la publicación van a ser donados a Sarah Almagro, la joven que perdió las manos y los pies por una meningitis, y a la asociación Debra Piel de Mariposa.
Fuente y foto: www.diariosur.es