Añelo.- Los Bomberos Voluntarios de Añelo sufrieron el robo de una motobomba valuada en más de tres millones de pesos. Sin embargo, la pérdida no es solo material, sino que se trata de una herramienta fundamental a la hora de realizar rescates de personas en accidentes.
El robo tuvo lugar el último domingo cuando el personal se encontraba combatiendo un incendio de pastizales en intersección de las Rutas 17 y 1. “Todo el personal estaba abocado a combatir las llamas, entonces había una guardia mínima. Pasó mucha gente por el cuartel, no sabemos quién pudo ser”, explicó el jefe del cuartel, Rodrigo San Martín, en comunicación con LU5.
Luego de más de 16 horas de trabajo, cuando volvieron al centro, se encontraron con que el móvil donde estaba guardada esta herramienta se encontraba con las persianas abiertas y todo revuelto. “No la habíamos llevado porque no la necesitábamos, se utiliza específicamente cuando hay un accidente y queden personas atrapadas en los vehículos. Es pesada, pero una persona fuerte lo puede llevar sola, con algunas dificultades, pero sí, es probable que la cargue”, observó.
Así como explicó el jefe de bomberos, se trata de una motobomba que utilizan específicamente para los siniestros viales, marca Holmatro, de color naranja. “Es un motor hidráulico, motor explosión, que tiene la particularidad de contar con una bombita hidráulica que hace funcionar una de las tijeras que tenemos para la liberación de los atrapados en accidentes”, especificó.
A esto agregó: “Estamos con la esperanza de encontrarla en algún momento o que avisen en algún momento. Hoy el costo de ese equipo anda alrededor de 3,5 ó 4 millones de pesos y la institución no cuenta con ese dinero para volver a tener esa herramienta. No tan solamente nos hace falta a nosotros, sino también a la comunidad que transita por la localidad”.
San Martín señaló que los ladrones deben haber confundido la motobomba con algún generador o con alguna autobomba de función de agua. “Contamos con la difusión y tenemos la esperanza de poder encontrarlo antes de que intenten venderlo o que, al no poder usarlo, lo tiren en cualquier lado o lo dañen y no podamos recuperarlos. Después de tantas horas de trabajo encontrarnos con esto nos deja un sabor amargo”, observó.