EL USO DE ELEMENTOS DE PROTECCIÓN Y SUS EFECTOS A LA SALUD.
Hace tiempo que estoy viendo en distintas publicaciones acerca de las evidencias científicas de que una descontaminación inadecuada de los equipos de trabajo (traje estructural + ERA) supone prolongar la exposición del personal al riesgo químico, aumentando la probabilidad de que contraigan distintos tipos de enfermedades.
En muchas instituciones se estableció la obligación de lavar y descontaminar la ropa y equipos de trabajo mediante un procedimiento ordinario. Desde siempre, los bomberos volvían a utilizar la vestimenta día tras día sin lavar, en algunas otras se amontonaba la ropa de trabajo, en bolsas para que se procediera a su limpieza haciéndose insostenible el proceso. He escuchado ¿hasta la ropa interior nos vamos a lavar?, y la respuesta es sí, los químicos generados se introducen en la vestimenta impregnándose en todos los tejidos.
Se recomienda que las instituciones cuenten con lavadoras o contraten un servicio de lavado externo, para ello es importante la capacitación y concientización de todos.
Riesgos atribuibles
En 2005, la Organización Internacional contra el Cáncer (IARC) incluyó a los bomberos en el grupo de riesgo, dada la exposición a compuestos químicos.
El riesgo de contraer enfermedades se confirma con el hecho de que en 2001, durante los atentados del 11 de septiembre, murieron 343 bomberos en las Torres Gemelas, pero posteriormente hasta el año 2012, un total de 2.500 rescatistas habían contraído alguna enfermedad.
Para profundizar en estos análisis, la Universidad de Bélgica realizó un estudio en bomberos de ese país, tomando muestras de orina antes y después de las intervenciones. Tras la intervención se detectó un incremento sustancias ajenas al organismo que al producirse una exposición prolongada podría provocar múltiples efectos a la salud.
Los contaminantes en los equipos llegan hasta la piel
Muchas investigaciones plantearon la hipótesis de que los equipos de fuego contaminados al entrar en contacto con la piel podían convertirse en el medio de transmisión de contaminantes al cuerpo.
Esto podría potenciarse si cada bombero utiliza su traje protección día tras día sin haberse si quiera puesto a ventilar.
¿Cuál es el mejor método de limpieza?
Un estudio de sobre varios métodos de limpieza muestra grandes diferencias entre ellos. El lavado con agua de entre 40 a 60 ºC es el más extendido y consigue la eliminación de gran parte de los contaminantes comunes originados por un incendio.
La pregunta es qué podemos hacer mientras mejoramos los métodos de descontaminación y los procedimientos. En primer lugar, hay que plantear que donde haya un procedimiento de limpieza y descontaminación es imprescindible hacer uso de él, procurando introducir mejoras a través de la participación de los integrantes del cuerpo activo. Donde no existe ese procedimiento, lo mejor es empezar a proponerlo con el apoyo de la jefatura e incluir las mejores técnicas conocidas. Después de intervenciones de fuego, el verdugo ignífugo se debe lavar con el resto del equipo (nos protege puntos críticos como el cuello y la cabeza que son vías de entrada al organismo) y, sobre todo, ducharnos después de cada siniestro. Es fundamental no llevar nunca a casa la ropa contaminada para evitar riesgos a nuestra familia. Queda mucho por hacer: cambios en la organización del trabajo, en las instalaciones, en los métodos, pero nada será posible sin una cultura preventiva.
Ofic. Ing. Eduardo Javier Granda
Especialista Certificado en Protección Contra Incendios CEPI (NFPA)
Referencia: Organización Panamericana de la Salud