Todos sabemos que el autobomba es quien suele tener como principal misión transportar material necesario para actuar en una emergencia por incendio principalmente, pero puede atender otras
emergencias como rescates, materiales peligrosos, etc. Suele llevar un motor para bombear agua obtenida de una boca de suministro o de cualquier otra fuente de agua disponible, un equipo de
comunicaciones y diversas herramientas necesarias para abordar urgencias de todo tipo.
Siempre me he preguntado por qué le brindamos tanto cariño a los camiones de bomberos, creo que es por la responsabilidad y la convicción de tener que responder prontamente al llamado de auxilio y no solo por el hecho que sin bomberos de nada sirve un autobomba o sin autobombas no son necesario los bomberos.
El vehículo se transformó en un bien muy preciado. Históricamente algunas instituciones con el afán de incorporar vehículos han recuperado camiones que eran regadores de calles, transporte de combustible, de infantería de la policía, etc. Creo que es por todo lo antedicho es que las autoridades no se interesan ni se preocupan por dar más recursos para la adquisición y mantenimiento de las unidades. Tampoco saben ellos si los modelos son del ´70, ’80 o del ´90. Es triste, lamentable y no creo que algún partido político llegue a hacer campaña equipando a los bomberos, ya que más allá de ser servicios públicos suelen son convocados a todos los desfiles cívicos mostrándolos con orgullo.
Viendo el tema de manera objetiva y no tan solo crítica podemos analizarlo desde el punto de vista de costo-beneficio. ¿Alguien se preguntó el costo de un vehículo de bomberos?: Se pueden encontrar unidades de segunda mano en u$d 30.000 (obsoletas para quien la vende) y vehículos nuevos en más de u$d 150.000. Existen fabricantes nacionales e importados y como en todo vehículo se pueden elegir las prestaciones y en ello varía el precio.
Siguiendo la línea de razonamiento con tan solo una intervención en la que se salve un departamento de unos pocos metros cuadrados, ya se justificó la invención. Si lo extrapolamos a todo un edificio su costo sería insignificante. Si seguimos poniendo ejemplos podemos decir que salvar una concesionaria de autos resultaría abrumadora la comparación. Ni hablar si lo que se salvó es una industria, depósito o comercio donde los gastos directos e indirectos por la cadena de clientes y proveedores serían incalculables en comparación. Ni mencionar el salvar una vida sabiendo a la que no le podemos dar un valor.
Haciendo una síntesis podemos decir que los bomberos siempre se seguirán arremangando y lo harán no porque sepan que poseen un vehículo rentable sino por el orgullo de ser y sentirse bombero.
Ofic. Ing. Eduardo Javier Granda
Bomberos Voluntarios de Pilar (B)