Una de las causas más frecuentes asociadas con los daños producidos por los incendios son los sistemas de protección fuera de servicio o en condiciones parciales de funcionamiento. Las razones de que esto ocurra son múltiples y no se reducen a una limitación económica a la que muchas veces acudimos para una rápida justificación.
Los sistemas contra incendio presentan una característica que colabora para que su mantenimiento no se encuentre entre las mayores prioridades: si no funciona pasa inadvertido. En efecto, es mucho más notable la falta de agua en el baño, que la misma ausencia de agua en un sistema de hidrantes o rociadores automáticos. En segundo lugar, el incendio es un hecho poco frecuente y, por lo tanto, su prevención no goza de publicidad. Muchas personas consideran que no se justifica gastar dinero en ello. Por último, quizá la razón más difícil de aceptar consiste en el desconocimiento respecto de qué debe hacerse para que un sistema contra incendio mantenga su operatividad y eficiencia.
La respuesta a todo esto la encontramos en las normas específicas de control y mantenimiento de sistemas contra incendios, las cuales establecen las pautas a seguir. Lo importante es destacar los tres tipos de tareas a efectuarse en las instalaciones: inspección, prueba y mantenimiento. La inspección es frecuente, esencialmente visual, no operando ningún sistema. Puede limitarse a verificar el estado de carga de una batería mediante la lectura de un indicador luminoso, o la presión de agua de un sistema viendo la medición de un manómetro. Las pruebas son menos frecuentes e implican simular condiciones de funcionamiento o de falla y comprobar que el sistema hace lo que esperamos de él. El mantenimiento, por último, consiste en realizar tareas de limpieza interna, calibración, recambio de componentes o reparación. Sólo el conjunto de los tres tipos de tareas, con frecuencias de ejecución predeterminadas, permite alcanzar el grado de garantía de protección buscado.
Ofic. Ing. Eduardo Javier Granda
Bomberos Voluntarios de Pilar (B)
Especialista certificado CEPI, NFPA.