San Luis.- El cuartel funcionaba desde el año 2014. Contaba con un personal estable de nueve personas, pero en los últimos días de funcionamiento, quedaban cinco personas trabajando. Sin remuneración alguna y con constante sacrificio y vocación, los Voluntarios participaban en todo tipo de intervenciones, no sólo en su localidad sino en todo el Valle del Conlara.
Pablo Minervi, el jefe del cuartel contó como era la situación que estaban atravesando. “Veníamos resistiendo desde hace un tiempo. No teníamos ni para pagar la nafta, la luz. Últimamente los únicos recursos que conseguíamos salían de nuestro bolsillo”, explicó apenado a un medio del Valle del Conlara.
“Los que estamos ahí queríamos seguir. Se nos hizo difícil, amamos lo que hacemos”, se lamentó Minervi, pero “hace más de cuatro años que la venimos peleando”. Dijo también que el propietario del espacio en donde funcionaba la institución ya fue notificado sobre esta decisión que afecta a toda la sociedad de San Pablo.
Las instituciones bomberiles como la de San Pablo se sostienen gracias al aporte que hacen los vecinos, pero en este caso, la situación era irreversible. Sin ayuda del Estado, y sin los elementos adecuados para prestar servicio, han intentado resistir lo más posible la situación. Pero no pudieron más.
Fuente: eldiariodesanluis.com
