Historias de Bomberos Argentina

El director bombero que apaga los «incendios» del aula y de la vida

Buenos Aires.- Marcos Rosenfeld, es voluntario en el cuartel de El Peligro y dirige la escuela 49, en una de las zonas más castigadas de La Plata. Con su método la matrícula creció 20%.

Siempre a las corridas. Atento a situaciones no esperadas, esas en las que nadie quiere estar. Marcos Rosenfeld fue 24 años guardavidas. Y es –desde hace poco tiempo- bombero voluntario. Además, dirige una secundaria de una zona periférica de La Plata. No es cualquier escuela: con más de 250 adolescentes de los barrios más castigados de la ciudad, desplegó un plan para contener y atender a los chicos. Con talleres, una murga y la enseñanza de oficios consiguió hacer crecer la matrícula un 20% en cuatro años.

En apariencia bombero y director resultan actividades poco compatibles. Pero Rosenfeld logra amalgamarlos con una definición: “Uno de los objetivos de la educación es formar ciudadanos. Los que atienden emergencias asumen que su tarea es hacer el bien y ser solidario. Acá, en la 49 moldeamos jóvenes con valores: ayudar, acompañar, escuchar, ponerse en el lugar del otro. En ese punto se juntan mis dos pasiones”, cuenta Marcos mientras dirige –en el mediodía semi nublado- una jornada de “escuela abierta”. Con la colaboración de algunas empresas consiguieron 250 kilos de harina, levadura, azucar y dulces para fabricar pan, facturas y masas que donarán a los merenderos de Altos de San Lorenzo, Arana, La Armonía y otras barriadas que tienen tantas carencias como falta de apoyo oficial.

No es la primera vez que la Escuela Media 49 abre las puertas el fin de semana. Los alumnos han participado en actos con las murgas, para festejar el Día del Niño en este rincón del sur platense. El Taller de Muralismo pintó la fachada del edificio situado en 137 y 86 para darle luz y color a las paredes externas e internas.

El director-bombero asume que los incendios se apagan todos los días, más en la escuela que en la calle. “El aumento en el número de alumnos hizo que el espacio nos quede chico. Eso no resulta un obstáculo, describió Rosenfeld. Por caso: desde hace un año, entre las 13 y las 14.30, los estudiantes de 3ro., 4to y 5to año comparten el comedor para sus clases. Son más de 100 chicos que se sientan a escuchar a los profesores de Inglés, Matemáticas o Biología en un mismo lugar. “Es una experiencia inédita. Pero ahí todo se desarrolla en armonía. Cuando hay una situación crítica o de indisciplina, todos buscan una solución, todos intervienen”, cuenta.

Rosenfeld llegó a la dirección por un recorrido no habitual. Fue durante más de una década, preceptor en el colegio. En 2011 se presentó a un concurso para director y desde entonces está al frente de la escuela.

Al campamento de Bomberos Voluntarios de El Peligro llegó casi por casualidad, pero en especial por vocación. El desastre de la inundación de abril de 2013 lo acercó hasta el área de Defensa Civil de la ciudad y entonces retomó esa afición por la atención de las emergencias que había desplegado por dos décadas en las playas de San Bernardo cuando fue guardavidas. El cuartel está sobre la ruta 2, a 40 minutos de la escuela y tiene poco más de dos años de vida. Lo integran 40 voluntarios y Marcos aún atraviesa la etapa de instrucción. No obstante, una vez por semana realiza la guardia nocturna. Eso le quita horas para estar con su esposa, Celina, y sus hijas Emma (9) y Lisa (5). Pero no reniega de la responsabilidad.

Al costado del escritorio de la dirección, guarda el casco y en el baúl del auto lleva el uniforme, para estar listo ante la emergencia.

El rescate más importante no es de urgencia. Marcos desea que esos 260 pibes que encuentran refugio en su escuela puedan enfrentar su futuro, encontrar una salida digna en sus vidas. Que no queden atrapados en ningún incendio.

fuente y foto: clarin.com

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