Santa Cruz.- Muchos dimes y diretes, acusaciones que van creciendo en cantidad y en su importancia, una comisión que no cumple requisitos, un cuerpo del que la mayoría dice haberse ido, y en el medio fondos públicos y aporte de vecinos de los que se desconoce presente y futuro. Así están dadas las cosas en la asociación de Bomberos Voluntarios de nuestra ciudad.
Para el 28 de abril de este año estaba prevista la asamblea anual de la asociación, en la que la comisión saliente (disminuida por numerosas renuncias) debía rendir cuentas mediante memoria y balance, y se tenían que elegir los nuevos miembros.
La organización de los Bomberos Voluntarios indica que la conducción pertenece a una Comisión Directiva, la que decide entre otras cosas quienes son los jefes del Cuerpo de Bomberos. La comisión directiva es el resultado de la decisión de unos 160 socios.
La asamblea no llegó a su final, y quedó suspendida hasta una nueva fecha porque había socios que no conocían el balance que debía tratarse en esa reunión.
Previo al encuentro hubo discusiones de todo tipo, incluyendo a Bomberos Voluntarios que se quejaron porque siendo socios no los dejaban participar de la asamblea,
Días antes de la reunión ya estaba todo mal, a tal punto que varios socios, en forma individual, pidieron la presencia de periodistas a sabiendas que existirían discusiones y denuncias cruzadas.
Este portal optó por no acudir a la asamblea, entendiendo que las diferencias planteadas eran cuestiones “de formas” que debían resolver los socios y autoridades de esa asociación.
Las averiguaciones que este portal realizó sobre los cuestionamientos que se le hacía a la conducción del Cuerpo de Bomberos y de la Comisión Directiva, indicaron que los problemas se originaban en cuestiones de ego, falta de comunicación y una falencia en el trabajo conjunto, puntos que habrían derivado incluso en algunas desprolijidades administrativas y el enojo de varias personas, nada anormal para una asociación civil, y nada que no pudiera ser solucionado en un marco de diálogo interno.
Pero bomberos y socios fueron incapaces de encausar el camino de la institución. Casi dos meses pasaron de aquella frustrada asamblea, y nada mejoró. Por lo contrario, ahora las acusaciones van en crecimiento.
Desde horas atrás, socios, bomberos y autoridades de la asociación se reclaman y critican por las redes sociales. Así comenzaron a ver la luz dudas sobre el manejo de fondos y documentaciones. Solo por citar un ejemplo se menciona la recepción de una donación de 10 mil pesos, pero con un recibo firmado por 20 mil pesos, una maniobra típica para que los donantes tributen menos impuestos, pero que deja en situación de sospecha al receptor de la donación porque hay un recibo que muestra que recibió más plata que lo real.
La génesis del conflicto parece ser el desgaste de la relación entre conductores y conducidos. El jefe de cuerpo Andrés Aldama tiene numerosos detractores. Parte de ellos se reunieron horas atrás en una reunión de socios autoconovocados en la que se resolvió normalizar la asociación, decisión que Aldama desconoce porque de los 160 socios, dice que estuvieron presentes solo 25.
El jefe del cuerpo es acusado de no haber delegado tareas y responsabilidades, y de una concentración en su jefatura y en el rol de su esposa como integrante de la Comisión Directiva.
Pero al mismo tiempo, socios y bomberos reconocen en el jefe su entrega para con la institución, desde sus comienzos.
En estas horas las acusaciones son variadas y cuesta identificar un real y único problema que merezca el actual entrecruces de críticas.
Sí queda en claro que la situación va en deterioro de la institución “Bomberos Voluntarios” y de sus mismos integrantes. La prolongación en el tiempo de las acusaciones de desprolijidades, desmanejos y hasta malversación de documentos, harán que los protagonistas se conviertan en poco confiables para la comunidad, la misma a la que se le viene pidiendo colaboraciones y aportes para apuntalar a la institución que luego devolverá en servicios a los vecinos.
La puja es por quien se queda con el manejo de la asociación y del cuerpo de bomberos, pero difícilmente unos y otros logren salvarse de los cuestionamientos y sospechas públicas, de seguir acusándose mutuamente.
Y para el caso que a alguien no le importare echar su “honra a los perros”, habrá que tener en cuentas posibles deudas con la justicia.
El Calafate no se caracteriza por tener una justicia activa. Fiscalía y juzgados rara vez actúan de oficio ante cuestiones públicas que rozan lo delictual, pero entre tantas acusaciones incluso de faltante de dinero, no es de descartar personas, instituciones o la misma justicia pida explicaciones sobre lo que se dicen entre los mismos socios e integrantes de la asociación, lo que abarcaría incluso a quienes dicen conocer irregularidades pero que hasta ahora no han denunciado formalmente.
Pero no solo el pacto entre los “Bomberos Voluntarios” y la población, se puede romper.
La asociación maneja fondos surgidos del erario público. El mismo jefe de cuerpo dijo horas atrás que se tienen guardados 300 mil pesos, frutos de subsidios.
Además del subsidio que corresponde por el Ministerio del Interior, el ministerio de Desarrollo Social de Nación también viene realizando aportes, por ejemplo para la construcción de la sede en zona del barrio Linda Vista.
El municipio local también ha contribuido por ejemplo con la donación de material y trajes de protección, comprados igualmente con fondos públicos.
Fuente y foto: www.ahoracalafate.com.ar