Ciro Cornejo Cáceres lleva más de cinco décadas como parte de Bomberos de Santiago y fue uno de los fundadores de la 18ª Compañía. Además, desde los 41 años ha participado en alrededor de 200 competencias de maratón y media maratón.
“Me enteré hace dos días. Era algo que soñaba hace mucho tiempo. Tengo una emoción tan grande, que siento como si salvara una vida en un incendio, algo increíble, o como ganar un maratón. Es un maravilla poder participar de este hito, único en la historia de Chile”.
Ciro Cornejo Cáceres, 74 años, es un voluntario con más de cinco décadas dedicado a los Bomberos de Santiago, que a comienzos de esta semana se enteró que sería uno de los representantes de la institución durante el recorrido que este jueves realizará la antorcha panamericana de Santiago 2023 por las calles del centro de la capital y que incluirá a otras organizaciones, como Metro y Correos.
La otra voluntaria que tomará será parte del relevo de este jueves es Margarita Schulz Ochoa, ingeniera comercial de 35 años y madre de una niña.
Es tan grande el sentimiento del deber con el evento y la oportunidad de llevar el nombre de los bomberos, que decidió postergar un viaje que tenía planificado con su familia. “Tenía pasajes para la mañana y los perdí; los cambié para la noche”, cuenta.
La elección de Cornejo no fue al azar. Se combinaron su largo historial en la institución y su afición por los deportes, que comenzaron con un equipo de barrio con el que jugaba fútbol los fines de semana y que continuó haciendo mountainbike por los cerros hasta que, con 41 años, se enfocó en el trote.
“Me dediqué a correr y me fui dando cuenta que tenía condiciones para las pruebas de fondo, así es que comencé a participar de maratones, medio maratones y eventos de 10K. He tenido la suerte de ganar algunas carreras”, manifiesta.
Haciendo cálculos, señala que ha competido en alrededor de 200 competencias, destacando entre ellas los 16 maratones en las que ha tomado parte. Así, junto a un equipo de aficionados compuesto por exmilitares y civiles, ha dejado gotas de sudor por las calles de La Serena, Valparaíso, Viña del Mar, Santiago, Los Ángeles, Concepción y Puerto Varas, entre otras latitudes dentro de Chile.
“Somos un grupo que nos formamos hace 15 años, con adultos, gente de -digamos- de la tercera edad, viejos, pero con alma de jóvenes. Estaban muy felices cuando les conté, lo sentían como un reconocimiento a nuestra forma de vivir la vida, subraya.
Vida como bombero
A finales de la década de los 60, Cornejo no pensaba que sería bombero. Sin embargo, junto a un grupo de amigos, apoyados por algunos adultos, entre ellos, su padre, sintieron la necesidad de formar un cuartel en su barrio, en el sector de Gerónimo de Alderete y Las Hualtatas: la Brigada 3.
“Habíamos formado un club deportivo y otro folklórico, pero sentíamos que existía la necesidad de tener una compañía de bomberos. Pegamos carteles en locales, kioscos y micros, y así fueron llegando cada vez más interesados. No teníamos la menor idea de qué implicaba ser bomberos, pero nos arrimamos a la 15a Compañía y fuimos aprendiendo. Al principio no teníamos cuartel y tuvimos una lucha constante contra la pobreza de recursos, haciendo tallarinatas y cosas así, porque no teníamos grandes mecenas”, recuerda.
Con el tiempo, la Brigada 3 se convirtió en la 18a Compañía, la Bomba Vitacura. Partió con 18 años y llegó a ser Teniente Primero y luego se fue especializando en la investigación de incendios, completando cursos en distintos lugares, porque sabía que, pese a ser voluntarios no remunerados, para cumplir bien el trabajo es clave ser un profesional.
“Hoy no vale sólo tener conocimientos empíricos, sino que también hay que poseer conocimiento científico. Son cosas que van amarradas”, asegura.
Ahora tiene la oportunidad de ser parte del evento deportivo más importante de la historia de Chile, los Juegos Panamericanos Santiago 2023, siendo parte del recorrido de la antorcha, representando a una de las instituciones mejor valoradas del país y también a los atletas aficionados como él, las dos actividades a las que les ha dedicado buena parte de su vida.
“Aunque el recorrido sean 10, 20 metros, no importa. No pasa mucho que a los bomberos nos inviten a ser parte de un evento que no tiene que ver con nuestra actividad. Es una maravilla”, sentencia.
Fuente y foto: www.latercera.com