Saltillo.- El paramédico de bomberos Víctor de León Gámez y su operador Rafael Dávila, estaban por concluir sus 24 horas de jornada laboral, sin imaginar que antes de regresar a casa la cigüeña llevaría consigo una sorpresa hasta su ambulancia.
El lunes 28 de abril, los socorristas de Bomberos salieron de la Estación norte, con dirección a la colonia la Purísima, donde se les reportó un parto en proceso, se trataba de Adriana Guadalupe Hernández, de 19 años.
Así que al llegar por ella el traslado debía ser rápido, pues los dolores eran constantes y fuertes, “en el trayecto las contracciones fueron más intensas y el bebé empezó a coronar, yo venía sólo, atrás con la señora por eso decidimos detenernos”, recordó de León Gámez.
“Escuché que la mamá tiró un grito muy fuete y fue cuando pensé ‘Víctor me va a decir que me detenga’… y a los 30 segundos así fue, me dijo: párate”, comentó el operador de la ambulancia, quien rápidamente buscó dónde detenerse en medio del intenso tráfico que se vivía en el cruce de Emilio Carranza y Juan Aldama, pues los estudiantes habían entrado a clases y todos querían avanzar rápido, no había lugar para detener la unidad.
“Busqué dónde pararme, termínanos donde las combis bajan pasaje, todos pitaban, pero no sabían que en la ambulancia estaba una mujer dando a luz”, explicó Dávila, recordando que rápidamente se fue a la parte trasera para apoyar con el nacimiento.
Afortunadamente el nacimiento del pequeño no trajo mayores dificultades, a diferencia de otras ocasiones, donde los socorristas han tenido que reanimar a bebés que nacen con el cordón umbilical enredado en el cuello.
“Es el parto número tres, el primero fue una niña, en el segundo el bebé ya había nacido y se ahorcaba con el cordón umbilical, estaba moradito, lo desenredamos, comenzamos a aspirar y a proporcionarle apoyo ventilatorio, afortunadamente comenzó a llorar… este tercero, no se compara, pero estos servicios es lo mejor que te puede pasar, ver nacer a un bebé”, exclamó de León.
Luego del parto la madre de familia agradeció con lagrimas en los ojos el trabajo realizado alentándolos de esta manera a continuar con su versátil trabajo; “la mamá estaba muy emocionada, muy contenta, nos agradeció el haberla apoyado, se le salieron las lagrimas de la emoción por tener a su bebé en brazos y que haya nacido en la ambulancia”, concluyó el dueño del volante.
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