Cuando Bomberos enfrenta la muerte de uno de sus voluntarios, los funerales para despedir su labor suelen ocurrir de noche. Se trata de una tradición que si bien se realiza hace más de 1 siglo en nuestro país, ahora tiene el respaldo de una ley que fue aprobada y despachada por el Congreso para su promulgación.
De acuerdo a una publicación del sitio web del Senado, la iniciativa fue aprobada por unanimidad amparándose en que “esta iniciativa es un reconocimiento a la noble labor que cumplen los bomberos en la sociedad y la necesidad de respetar y respaldar sus ritos culturales, permitiendo honrar a los compañeros caídos de acuerdo con sus propias costumbres”.
En ese sentido, la nueva ley modifica el Código Sanitario para permitir que estos actos solemnes puedan realizarse en un horario especial, estableciendo lo siguiente:
“Los establecimientos señalados en el inciso precedente deberán disponer en sus reglamentos internos un horario de funcionamiento extraordinario para atender las ceremonias y las romerías nocturnas de integrantes de los Cuerpos de Bomberos de Chile o de otras instituciones que así lo requieran, previa autorización de la autoridad sanitaria”.
¿Cuál es el origen de los funerales nocturnos de Bomberos?
Todo se remonta a 1859. Ese año, Manuel Montt, quien era presidente de Chile, había establecido un estricto toque de queda ante una inminente revolución.
En ese complejo contexto, Bomberos sufrió la baja de uno de sus voluntarios: Domingo Espiñeira, miembro de la Tercera Compañía de Valparaíso. Producto de la medida, se prohibió que los integrantes de ese equipo y otros realizaran una despedida pública.
Ante la negativa, los bomberos decidieron realizar el funeral de noche, el cual estuvo integrado por una caravana que trasladó el cuerpo hasta su lugar de descanso final, mientras lo acompañaban con antorchas y faroles. Desde entonces, la ceremonia suele replicarse de la misma forma siempre que fallezca un integrante de sus filas.