San Luis.- Cuando el jefe de los Bomberos Voluntarios de Buena Esperanza, Héctor Mario Aldomá, miró al cielo y vio la tormenta que se acercaba no anticipó lo que se avecinaba: “Parecía seca pero tranquila”, recordó.
Cerca de las 18, unas horas después de terminar con un curso de capacitación, un grupo de bomberos que estaba reunido en el cuartel fue testigo de la bravura del temporal de lluvia, viento y granizo que azotó la localidad. En unos veinte minutos el galpón de cien metros cuadrados, donde guardan dos camiones y dos camionetas, quedó totalmente destruido. “Se vinieron abajo las chapas del techo, las vigas con cemento, las columnas y hasta una pared”, detalló Aldomá.
Omar Terc, jefe de San Luis Solidario, explicó que el viento corría desde el Oeste: “Como el techo está ubicado de Este a Oeste lo embolsó y lo levantó”.
Los cuatro vehículos que utilizan para apagar incendios sufrieron pequeños daños, pero un viejo camión que los acompaña desde hace largo tiempo quedó desecho. Sobre él cayó toda la estructura.
“Es realmente una pena lo que ha pasado. Este es un cuartel nuevo, que tiene cinco años y sin embargo es uno de los que más ha crecido en los últimos tiempos”, se lamentó Terc.
Lejos de acobardarse por las pérdidas los “Zorros del Desierto” salieron a recorrer la localidad para ver qué había sucedido. “Nos encontramos con muchos árboles caídos, cables tirados, el techo de una casa y el de una galería que se habían levantado”, contó Ramón, uno de los bomberos.
Por los cables caídos, el pueblo estuvo sin energía eléctrica durante algunas horas. Pero el servicio volvió a funcionar después de las reparaciones que hizo Edesal en las zonas afectadas.
Hoy por la tarde los Bomberos Voluntarios de Buena Esperanza, con la ayuda de los de Batavia, limpiaron las ruinas de lo que fue su galpón. “Esperamos que nos den una mano para poder ponerlo en pie nuevamente. Levantarlo nos costó mucho sacrificio y ahora sería imposible para nosotros hacerlo solos”, dijo Ramón.
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